jueves, 30 de julio de 2009

¿Qué hay detrás de toda esta oscura trama?

Hablamos de la ampliación de El Musel.
Me pregunto qué puede llevarle a un hombre, a un solo hombre, a destruir Asturias, no solo en el presente, si no también para las generaciones venideras. Qué extraños mecanismos se han implantado en este país para que, como he dicho antes, un solo hombre, tenga tal poder de destrucción.
Por activa y por pasiva ha quedado claro que dicha ampliación no es necesaria habiendo, como hay, otros super puertos en la cornisa cantábrica. Además, Asturias no cuenta con una red ferroviaria adaptada a las necesidades que origina un super puerto. Ni la infraestructura de carreteras está preparada para soportar el tráfico de camiones que generaría dicho puerto.
Todo apunta a que, no es necesario y mucho menos sería operativo.
Pero, además de esto, el brutal endeudamiento al que someterían al pueblo asturiano, representaría la debacle de un pueblo que está tratando de sobrevivir… malamente.
Hace unos días se habló de que el gobierno central podría darnos un crédito para afrontar el sobrecoste. Un sobrecoste que, por cierto, sale de una pésima gestión y de una “evaporación” del dinero que ya nos dieron, en Dios sabe qué aunque, nos lo imaginamos.
Crédito que habrá que pagar religiosamente y en más o menos 40 años. Dinero que habrá que sacar ¿de dónde? ¿acaso los asturianos podemos soportar más impuestos?.
Pero hay más. La Unión Europea sigue estudiando la posibilidad de solicitar la devolución del dinero que nos dieron al principio. Sí, ese dinero que se “evaporó”… en extrañas circunstancias. Más de 247 millones de euros que habrá que devolver si se confirman las “sospechas” de la Unión Europea.
¿Sumamos?. 247 millones de euros de devolución más 215 millones de euros del préstamo que nos concederá el gobierno central, suman 462 millones de euros de endeudamiento de todos los asturianos. O lo que es lo mismo. A cada asturiano le corresponderá pagar 462 euros. Traducido a pesetas casi 77.000 pesetas. Que si tenemos en cuenta que cada familia tiene que multiplicar esta cantidad por cada miembro de la misma... sacar vosotros mismos la cuenta. ¿Flipante, no?. Pues eso es lo que hay.
Pero no por una necesidad imperiosa. Ni siquiera por una necesidad. Tan solo por el capricho de un solo hombre cuyo afán de protagonismo y poder es desmesurado.
Un hombre cuyo pueblo le importa bien poco. Tan poco que sabiendo como sabe que aquí pocos llegan a ser mileuristas, no duda en arañarles hasta la mínima posibilidad de vivir para satisfacer su ego personal.
El pueblo de Asturias tiene que decir ¡BASTA!. El pueblo de Asturias tiene, NECESITA, dignificar la imagen que estamos dando y dignificar, cada asturiano, su vida. Una vida y una imagen que está destruyendo un hombre cuyos escrúpulos hace años se fueron de vacaciones y no volvieron. Un hombre que desprecia a este pueblo tratándolo como esclavos al servicio de su ego personal. Un hombre al que aupásteis un día al sillón de mando y no se bajará de él si vosotros no le echáis.
Es el único poder que os ha dejado esta mal llamada democracia. Ejercer ese poder o él os destruirá. Ya lo está haciendo.

domingo, 26 de julio de 2009

¿QUÉ LE PASA A ASTURIAS...?

"Cuando los que mandan pierden la vergüenza, los que obedecen pierden el respeto". (Georg C. Lichtemberg)

Estamos asistiendo, desde hace tiempo, en Asturias, a verdaderos despropósitos políticos y sociales. Van, desde los desatinos del impresentable gobierno autonómico, hasta las manifestaciones vertidas por el actual delegado del Gobierno y ex presidente (por rebote) del Principado, Sr. Trevín, sobre el posible regreso a la política activa de Álvarez Cascos.

Sin embargo nadie debería extrañarse pues todo ello forma parte de la normalidad de Asturias, al menos en los últimos veinte o treinta años. ¿Cuántos años de meadas y de bofetadas en el rostro le hacen falta a un pueblo para que reaccione? Pues no lo sé. Antes no muchos, pero ahora parecen necesarios muchísimos. La ciudadanía se apesebra. Se ha vuelto pasota, manipulable y resignada. Todo ello es fruto de un buen trabajo llevado a cabo por los gobiernos socialistas, autonómicos y centrales. No hablo de un trabajo de gobierno dirigido al bienestar del pueblo, sino a un trabajo de maleabilidad bien programado y con resultados estupendos.

Un gobierno como el que actualmente soportamos, necesita una sociedad así: Una sociedad callada, permisiva, a la que se pueda engañar y manipular al antojo sin que se haga notar en la calle. Sin capacidad de reacción. Inútil, en definitiva.

¡Asturias quiere AVE! Ya, pero, eso ¿quién lo dice? Los que estamos por Facebook y por algún otro foro, tenemos planteado un debate interesantísimo en este sentido pero ¿quien más? ¿Existe alguna defensa desde los medios que, de una forma más directa e importante, inciden y crean a diario opinión entre la ciudadanía? ¿Existe una postura clara y valiente entre la oposición política?

Nada de nada. No existe contestación en la calle. No existe ninguna inquietud política entre los colectivos influyentes. No hay ningún sentido de la realidad que se vive. La sociedad está ciega. Asturias se rezaga a los últimos puestos entre las regiones españolas. Se quedará sin AVE, pero se convertirá en el basurero nacional.
Trevín nos promete un AVE de "champions" pero ¿quien puede ya creerle a estas alturas? ¿Quien puede fiarse del presidente Areces y su Gobierno? ¡Son muchos años de timos y de inoperancia!

Pero aquí nos callamos como se calla el gobierno autonómico ante el central. Aquí besamos zapatos y sorbemos babas. Hemos aprendido la sumisión. La sumisión que nos está llevando a la ruina y a ser los “tontolabas” del roscón de Reyes.

Todo esto, el Gobierno lo sabe, es consciente de ello y es lo que le permite seguir cometiendo despropósitos y despreocuparse de Asturias, a la vez que fortalece sus posturas particulares y personales a costa de todos.

Por ello, aún no considerando baldíos los debates y la lucha de determinados círculos muy concretos y escasos, sobre el desarrollo de nuestra región, sí soy pesimista ante los resultados.
Esto no puede ser labor de cuatro. Esto tiene que ser labor de Asturias unida. Pero, claro, para ello no hay que fijarse en colores políticos. Para ello sólo hay que mirar para Asturias, plantarle cara a quien haya que plantársela y leer un poco más a Jovellanos.

Hoy por hoy, Asturias es menos Asturias. A Asturias se la miente y no reacciona. Se la menosprecia en el contexto nacional y se calla vergonzosamente. Se le limita, o se le para su desarrollo y se resigna. Definitivamente, somos menos Asturias.