Hablamos de la ampliación de El Musel.
Me pregunto qué puede llevarle a un hombre, a un solo hombre, a destruir Asturias, no solo en el presente, si no también para las generaciones venideras. Qué extraños mecanismos se han implantado en este país para que, como he dicho antes, un solo hombre, tenga tal poder de destrucción.
Por activa y por pasiva ha quedado claro que dicha ampliación no es necesaria habiendo, como hay, otros super puertos en la cornisa cantábrica. Además, Asturias no cuenta con una red ferroviaria adaptada a las necesidades que origina un super puerto. Ni la infraestructura de carreteras está preparada para soportar el tráfico de camiones que generaría dicho puerto.
Todo apunta a que, no es necesario y mucho menos sería operativo.
Pero, además de esto, el brutal endeudamiento al que someterían al pueblo asturiano, representaría la debacle de un pueblo que está tratando de sobrevivir… malamente.
Hace unos días se habló de que el gobierno central podría darnos un crédito para afrontar el sobrecoste. Un sobrecoste que, por cierto, sale de una pésima gestión y de una “evaporación” del dinero que ya nos dieron, en Dios sabe qué aunque, nos lo imaginamos.
Crédito que habrá que pagar religiosamente y en más o menos 40 años. Dinero que habrá que sacar ¿de dónde? ¿acaso los asturianos podemos soportar más impuestos?.
Pero hay más. La Unión Europea sigue estudiando la posibilidad de solicitar la devolución del dinero que nos dieron al principio. Sí, ese dinero que se “evaporó”… en extrañas circunstancias. Más de 247 millones de euros que habrá que devolver si se confirman las “sospechas” de la Unión Europea.
¿Sumamos?. 247 millones de euros de devolución más 215 millones de euros del préstamo que nos concederá el gobierno central, suman 462 millones de euros de endeudamiento de todos los asturianos. O lo que es lo mismo. A cada asturiano le corresponderá pagar 462 euros. Traducido a pesetas casi 77.000 pesetas. Que si tenemos en cuenta que cada familia tiene que multiplicar esta cantidad por cada miembro de la misma... sacar vosotros mismos la cuenta. ¿Flipante, no?. Pues eso es lo que hay.
Pero no por una necesidad imperiosa. Ni siquiera por una necesidad. Tan solo por el capricho de un solo hombre cuyo afán de protagonismo y poder es desmesurado.
Un hombre cuyo pueblo le importa bien poco. Tan poco que sabiendo como sabe que aquí pocos llegan a ser mileuristas, no duda en arañarles hasta la mínima posibilidad de vivir para satisfacer su ego personal.
El pueblo de Asturias tiene que decir ¡BASTA!. El pueblo de Asturias tiene, NECESITA, dignificar la imagen que estamos dando y dignificar, cada asturiano, su vida. Una vida y una imagen que está destruyendo un hombre cuyos escrúpulos hace años se fueron de vacaciones y no volvieron. Un hombre que desprecia a este pueblo tratándolo como esclavos al servicio de su ego personal. Un hombre al que aupásteis un día al sillón de mando y no se bajará de él si vosotros no le echáis.
Es el único poder que os ha dejado esta mal llamada democracia. Ejercer ese poder o él os destruirá. Ya lo está haciendo.