Que en España ya no caben más tontos se ha dicho por activa y por pasiva. Sin embargo siempre hay sitio para otro, y para otro, y para los que puedan llegar de fuera, aunque nunca nos superarán en lo pendejos que podemos ser.
No me gusta a mí tocar más de una vez el mismo tema pues, una vez dicho lo que en su día me apeteció decir, según mi particular criterio, es inútil volver a insistir porque podrías estar sobre el asunto días y días y hasta, quizá, acabaría uno contradiciéndose o, cuando menos, no siendo coherente.
Sobre el caso del secuestro del atunero Alakrana hice mi comentario no hace muchos días pero hoy he leído (y prefería no haberlo hecho) un comentario en la prensa nacional que me ha dejado estupefacta.
El juez de la Audiencia Nacional, Santiago Pedraz, que es el instructor del caso, pidió ayer al Estado Mayor de la Defensa (y vuelvo a preguntarme a quien defienden éstos) que certifique bajo qué pabellón navegaba el buque vasco cuando el pasado 2 de Octubre fue abordado y secuestrado por piratas somalíes en el Índico. El magistrado realizó esta solicitud después de que el abogado (al que aún no se sabe quien le paga) de Abdu Willy, uno de los dos piratas detenidos por la armada y remitidos a España, cuestionara la jurisdicción española para investigar un delito cometido en un buque en el que ondeaba la ikurriña y no la bandera de España.
Pienso yo que, con independencia de nuestras simpatías o antipatías hacia los nacionalismos, hoy por hoy (y si esto ya no se reconoce, apaga y vámonos que aquí ya no hay más de que hablar) la ikurriña es la bandera que identifica a una comunidad autónoma integrante del estado español, por lo que con “bicrucífera” o con “rojigualda”, se trataba de un barco español. Si esto no es así, lo siento pero a mí que me borren de este supuesto Estado. No me interesa.
Que yo pregunte este tipo de cosas puede que a nadie le extrañe. Yo soy una zoqueta que no entiendo de cuestiones jurídicas, y mucho menos internacionales, pero que lo pregunte un magistrado de la Audiencia Nacional, ya me desprograma.
Cualquier paso, cualquier acontecimiento de estas características que se produce, por vergonzoso que sea, tiene su lado positivo y práctico para estas fuerzas que luchan, desde casa, por la descomposición de la Nación española.
Si alguien duda, según mi criterio, de que un barco que enarbola la ikurriña en su pabellón, o que su tripulación va cantando “Asturias Patria Querida”, no es español, es que está poniendo en duda la integridad sagrada de la Nación española. Ese es mi punto de vista y así lo manifiesto.
Lo más grave, a mí entender, es que esta pregunta se la haga un magistrado de la Audiencia Nacional. ¿Qué podemos esperar…?.
La próxima vez que lleven un mural de Zapatero. Quizá con eso de la Alianza de Civilizaciones le conozcan y no se metan con nosotros.